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miércoles, 13 de julio de 2011

La puerta


Había una vez una casa en la cual decían que estaba el dios de dioses, nunca nadie lo había visto, pero todos hablaban de él. La gente decía: "toca esa puerta, y el dios de dioses saldrá", así que, todos tocaban, a muchos no se les abría la puerta, pero otros tocaban tan duro... que la puerta se abría de par en par. Cuando eso sucedía, éstos entraban a la casa. La casa era obscura, no se veía nada, pero todos salían diciendo que sí, que efectivamente el dios de dioses estaba ahí. Unos preguntaban: "Lo viste?" a lo cual la respuesta siempre era: "No, pero toqué tan fuerte, que la puerta se abrió, y cuando estuve dentro, yo supe que el dios de dioses me veía, yo lo sentía, yo lo olía, yo lo vivía, yo sé que está ahí, yo no lo veo, pero yo creo en él".

Un día, un observador que no era escéptico ni creyente, se dispuso a observar a la gente que se le abría la puerta, notó que a la gente a la que se le abría, eran personas que tocaban con tanta fuerza, que ellos mismos eran los que abrían la puerta de par en par, el observador sonrío y dijo: "Es la gente la que tiene el poder, es la gente la que abre la puerta...

Pasó el tiempo y el observador dijo: "Tocaré con humilda
d y si esa puerta se abre...me dispongo a libremente experimentar lo que ahí dentro esté". El observador tocó una, y otra, y otra vez. El observador de
cía: "No sé quién seas, pero invítame a pasar en tu morada, no tengo maldad, sólo una natural curiosidad de conocerte, respetuoso habré de ser"... Nadie abrió.

El observador decidió llevar una luminosa vela en sus manos, tocó y tocó, y dijo: "Bueno, he de abrir la puerta si ésta no se abre, he de buscar para encon
trar". El observador entró, y con la luz en sus manos iluminó la casa. Caminó, se liberó de todo condicionamiento que pudiera cegar la experiencia que estaba viviendo. El observador notó que no había nadie adentro, notó que que la luz que él dirigía, revelaba el vacío del cuarto.

Después de un rato, él cerró los ojos y tras percibir algunas cosas, expresó: "El dios de dioses del que tantos hablan, el que tantos nombres tiene... no existe, sólo está un vacío que ha sido revelado con mi luz; si cierro los ojos y dejo de pensar en todo, "yo" no existo, sólo está un vacío que me une al constante momento sin tiempo, un vacío q
ue me ha hecho vislumbrar una matriz sin descripción, un todo del que no estoy separado; siento tanta belleza y tanta claridad, que he dejado de creer y no creer, he comenzado a ver más allá de los ojos de los demás, más allá de mis mismos ojos".


"Tratar todo ser vivo como si fuera "Dios" nos conecta con la creatividad y continuidad de la vida" Nadim David - NHL