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miércoles, 16 de febrero de 2011

Polka, el hada de la luz



PROLOGO


Esta historia se desarrolla antes, durante, y después de la segunda guerra mundial. El lector se irá envolviendo paulatinamente en hechos históricos y cotidianos que comenzarán a despertar su imaginación.


Muchas cosas pudieron haber pasado en la época del imperio nazi, muchas anécdotas se podrán contar, pero pocas son las cosas que realmente valen y que pueden cambiar a una persona más allá de cualquier factor.


Con este cuento, se pretende despertar la luz y el amor que se sitúa en la voluntad de las personas, para que busquen una vida llena de valores.


Asimismo, se pretende invitarlas a que abran su mente mas allá de lo que sus ojos han visto y a que perciban el amor no como si fuera un sentimiento, sino como una fuerza de alcances desconocidos.


“No hay sucesos insólitos, tan sólo no ha sido el momento de vivirlos”.

N.H.L.





Introducción


Era el año de 1936, los niños acostumbraban ir a jugar al parque Lazienki, la mayoría de ellos, eran almas llenas de vida, pero con una mirada común. No obstante, habían dos almas que sobresalían de entre los demás: Irena y Marek.


Irena, era una niña de clase media, rubia, y con una hermosa mirada cuyos ojos parecían dos esferas encerrando al cielo. Marek, era un varón de familia acomodada; de tez blanca, cabello obscuro al igual que sus ojos, cuya mirada, era tan profunda como penetrante.


Irena y Marek se conocieron en el parque, y como dos bellas almas sin malicia ni preocupaciones, destinaban la mayoría de su tiempo a jugar y platicar sobre sus familias. Ambos, tenían 12 años, y aún eran muy jóvenes para comprender ciertos desórdenes que comenzaban a verse en su país.


Pasaron los años, y la amistad se hizo cada vez más fuerte. Irena al parecer, como cualquier niña, maduraba más velozmente que Marek, y comenzaba a ver la vida real de manera más rápida; pero esto no fue obstáculo alguno para que continuaran con su significativa amistad.



Capítulo I - El Hada de la luz


De manera rutinaria el tiempo transcurrió, hasta llegar al año de 1938, año en que ambos comenzarían a estudiar la secundaría y para suerte de los dos: en la misma escuela.


Durante las clases, estos bellos chicos, todo el tiempo platicaban, y no por nada esto comenzó a traerles problemas, sobre todo a Irena, ya que para la sociedad de esa época, era muy mal visto que una mujer fuera irresponsable. Marek, despreocupado, seguía siendo inocentemente una mala influencia para el desarrollo académico de su inseparable compañera, al grado de que Irena fue advertida y sancionada con una carta de mala conducta.


Al llegar a su casa, y conteniendo el llanto, Irena le dijo a su madre lo que había pasado en la escuela; su madre, comprensiva y bondadosa, le dijo que no se preocupara, que "nada iba a pasar si tan sólo ella cambiaba su actitud". Irena sonrió y elevó la mirada hacia su madre y como agradecimiento, le dijo que quería hacerse cargo de su jardín. Su madre sin titubeos aceptó y dio todas las instrucciones necesarias para seguir conservando aquél espacio de belleza.


Sin mayor demora, Irena corrió a regar las flores…pero pasó algo inesperado. Al momento de que ella salió a su jardín, vio claramente como un pequeño ser con alas voló de un árbol hacia unos arbustos. Irena rápidamente corrió a buscar “aquello” que le había quitado el habla, pero tras buscar y buscar con sus pequeñas manos, no encontró nada. Con una mirada de asombro, acudió rápidamente a su madre para contarle lo que había pasado; y su madre sólo sonrió y le dijo: “qué raro, nunca he escuchado de algo así”.


La niña, insatisfecha, se dio a la tarea de dibujar aquello que sus ojos habían presenciado, y sin pensarlo dos veces, fue con Marek a compartir el retrato de lo que ella llamaría “hada de la luz”.





Irena comenzó a contar todo a Marek, detalle por detalle:


-Irena: ¡Marek, Marek!, ¡Acabo de ver al hada de la luz!”

-Marek: ¿Qué?, ¿Qué es eso?

-Irena: ¡Sí!, es como una mujer chiquita con alas y brillante…

-Marek: ¿En verdad?, Cuéntame cómo fue que viste eso.

-Irena: Estaba con mi madre dándole la carta de conducta, y como sólo me dijo que me esforzara mas, pues decidí yo cuidar el jardín que tenemos, y al momento de salir…

-Marek: (sonriendo) Despacio, despacio, aquí estoy escuchando, no me iré a ningún lado.

- Irena: ¡Perdón!, es que estoy muy emocionada, bueno, te decía que al momento de salir vi claramente como la mujer brillante con alas voló de un árbol hacia los arbustos, pero no me dio miedo, entonces, comencé a buscarla pero ya no la encontré, de hecho hice un dibujo, mira…

-Marek: ¡Increíble!, en verdad parece como salida de un sueño, ¿Segura que eso viste?

-Irena: ¿Realmente me crees?

-Marek: ¿Por qué no habría de creerle a mi mejor amiga?, Eres la única persona en quien confío, porque jamás dice mentiras, a pesar de que por decir la verdad, luego te metas en problemas. (Ambos ríen)

-Irena: ¡Claro!, yo jamás digo mentiras, ¿Para qué mentir si siempre uno va a saber la verdad?

-Marek: Tienes razón, pero bueno, y ¿Por qué crees haber visto eso?

-Irena: Pues, ni siquiera lo he pensado, deja que yo misma crea lo que vi…

-Marek: (se ríe), es verdad, yo mismo sigo asombrado y eso que no lo vi.


Y así... este extraño suceso, salido como de una bella fantasía, influyó de manera inesperada en sus vidas. Poco a poco iremos revelando cómo el capullo de sus almas se fue convirtiendo en una hermosa flor, una de aquéllas que abren para respirar la bella luz del amanecer.




Capítulo II – Nacen los talentos y quedan sin rumbo.


Irena poco a poco comenzó a comprender, que la vida, tal vez estaba llena de sucesos, los cuales muchas veces no percibimos, pero que no por ello dejan de existir. Antes de dormir, ella comenzó a escribir un diario. También, gracias a su interesada maestra de Literatura, comenzó de vez en cuando a escribir un poco de poesía, reflejando en ella sus inquietudes, deseos y demás pensamientos que venían a su fresca mente.


Por otro lado, Marek no tenía mucha habilidad como escritor, pero del mismo modo, comenzó a observar el mundo con mayor atención, y por ello, empezó con una marcada tendencia hacia la pintura, y en menor grado, hacia la música. Marek encontraba al lienzo como su mejor amigo, ya que era un niño de pocas palabras, pero de gran imaginación.

Todo señalaba a que eran dos artistas en potencia. Algunas veces, conjuntaban sus talentos. Mientras Irena hacía alguna poesía, Marek la interpretaba, y después de ello, pintaba lo que veía en su mente. Algunas otras veces, hacían las cosas al revés; Irena expresaba con palabras, todo lo que sentía en su corazón sobre aquéllo que su querido amigo pintaba. Su diversión, a diferencia de muchos niños, era observar, imaginar, soñar, pensar… todo ello mezclándolo con sensibilidad y agudeza, sin importar su relativa y corta edad.


La verdad, eran dos adolescentes brillantes, no permitían que nadie los hiciera dudar sobre sus luminosas almas. Obviamente, aceptaban los regaños de su familia, porque bien sabían cuando sus travesuras cruzaban la línea, pero de ahí en fuera, eran dos jóvenes cuyas virtudes y valores tenían más peso que cualquier otra cosa.


La vida, era la sala de sus alegrías, hasta que el 1° septiembre de 1939, sus vidas dieron una vuelta inesperada. Comenzaba la Segunda Guerra Mundial, Polonia había sido invadida por los alemanes, quienes habían ya sobrepasado rápidamente las defensas de las fronteras polacas. Al haber entrado las tropas hasta la capital (Varsovia), El país polaco decide rendirse a los 27 días posteriores a su invasión, quedando así sometida al régimen del nacional socialismo.


No sólo las familias de Irena y Marek sufrían, es obvio que millones de personas comenzaban a ver sus vidas como un mortal cronómetro. De manera forzada, pero lógica, a sus 15 años de edad, éstos jóvenes ya tenían la madurez de personas mayores, todo esto por la necesidad de comprender la gravedad de la situación para poder sobrevivir a los inciertos e inquietantes hechos.


Los sueños que había comenzado a construir este noble par, al parecer, se desvanecían entre las sombras de la guerra, pero faltaba que ellos, decidieran con su última voluntad si eso habría de pasar.




Capítulo III – Rumbo a la casa del lago


Con el establecimiento del ejército alemán en Polonia, el ambiente que se comenzaba a vivir era de miedo e incertidumbre. La familia de Marek consiguió una modesta casa en un lugar estratégicamente alejado de la capital, casa en la cual, también serían bienvenidos Irena y sus padres. Este traslado, indiscutiblemente fue para buscar un ambiente más seguro del que ya acontecía en Varsovia.

Una vez establecidos en dicha casa, Pola y Albert (los padres de Irena), Celina y Filip (los padres de Marek), no paraban de platicar sobre qué sería lo que vendría para su natal tierra. Afortunadamente, Filip había tenido puestos importantes desde joven, y por ello, a sus 53 años, sabía cómo tener de su lado a informantes, para que le dieran aviso sobre el curso de los acontecimientos. Asimismo, tenía asegurada la existencia de víveres. La única, pero enorme preocupación que los invadía, era la de ser alcanzados por la guerra.


- Pola: Son muy amables por habernos permitido arribar hasta aquí, pero ¿Porqué nosotros y no algún otro familiar de ustedes?

- Filip: Lo que más quiero en estos momentos, es que mi hijo crezca sin tristeza, la educación ahorita se la podemos dar nosotros, el amor se lo podemos dar nosotros, pero la alegría para un joven de su edad, sólo se la puede dar alguien como su hija, la mejor y más querida amiga de mi hijo.

-Pola: Ahora comprendo, entonces, ¿Todo esto es sólo por su hijo?

- Filip: No señora, por nosotros, por ustedes, por todos. Es lo que por el momento puedo hacer en medida de mis posibilidades, y siendo sinceros, todo esto lo hago con gusto, porque Marek siempre habla de ustedes de manera respetuosa y agradeciendo siempre las atenciones que le han tenido.

-Pola: Gracias, en verdad gracias, disculpe mi arrebatado comentario.

-Filip: No se preocupe, todos estamos alterados, creemos que estamos seguros aquí, pero la verdad es que cuando hay guerra, no hay seguridad, tan sólo hay muerte.

-Celina: (sollozando) ¡Me preocupa todo lo que dejamos en nuestra casa Filip, seguro entrarán y robarán todo lo que tuvimos que dejar y que tanto trabajo te ha costado adquirir!

-Albert: Tranquila Celina, más trabajo va a ser conservar la entereza y la paciencia, para que esta guerra, no nos robe la vida.


Transcurrieron los meses y el ambiente era cada vez más rutinario y gris. Las familias se levantaban a las 6 de la mañana, se daban un baño en el pequeño y frío lago que estaba a las espaldas de la casa, desayunaban, y después de ello, Irena y Marek recibían las improvisadas, pero bien hechas clases de sus padres, lecciones las cuales, generalmente eran impartidas por Filip y Pola, quienes tenían una mayor paciencia para enseñar (Pola ya había sido maestra de secundaria en Varsovia).


Al medio día y como todos los días, almorzaban frutas, jugo y pan. A la hora de la comida, ingerían arroz, sopa, pastas y verduras. La familia de Marek no comía carne, ya que un connotado doctor amigo de Filip, le había recomendado a su esposa comer únicamente frutas, verduras y pocos lácteos, porque había padecido enfermedades severas del páncreas e hígado. Irina y sus padres, no tuvieron otra opción, más que acostumbrarse a éstos nuevos hábitos, los cuales, les parecían bastante raros. De cualquier modo, Irina ya le había pedido a su madre que no quería volver a comer carne, porque Marek le había dicho que era más sano comer frutas, y que hacer sufrir a los animales no estaba bien, su madre no estaba muy de acuerdo, pero respetaba la decisión de su amada hija. Por la noche, pocas veces cenaban, mejor se iban temprano a dormir para olvidar la incipiente hambre.


Lo único fuera de rutina no era nada agradable, quienes rompían con esa monotonía eran los mensajeros del señor Filip, siempre venían una vez por mes, con noticias malas y cada vez más preocupantes.



Capítulo IV – Buscando Soluciones


Mayo de 1940, se escuchan fuertes golpes en la puerta de la modesta casa:


-Albert: (inquieto) Filip, es uno de tus mensajeros.

-Filip: Yo lo atiendo, gracias – (abre la puerta)

-Mensajero: ¡Señor!, hace unos días se formó un campo de concentración en Auschwitz, se dice que será uno de los principales campos de concentración, están llevando a personas de todas las nacionalidades ahí, ¡se rumora que principalmente toman a judío – polacos para ser torturados, y posiblemente...asesinados!

-Filip: (exaltado) ¿Cómo? ¡Qué rumor tan aberrante!, ¿Cómo puede ser esto posible?...¡Maldita sea!

-Mensajero: Sí señor, no sabemos por qué está pasando, tan sólo sabemos que es el comienzo de una gran masacre.

-Filip: (preocupado) ¡Ruego porque eso no pase, y peor aún, que dicha desgracia nos alcance!


Filip regresó a la casa, y aprovechando que los muchachos estaban lo suficientemente alejados como para escuchar, les contó a los demás lo que sucedía. Filip pidió que se guardara la calma y que comenzaran a pensar cómo salir de Polonia hacia algún lugar más seguro.

-Filip: Es poco probable que nos pase algo aquí donde estamos, pero tenemos que poner por lo menos a los muchachos a salvo.

-Pola: (angustiada) ¿Y nosotros qué haremos? ¿Qué harán ellos sin nosotros?

-Albert: (terminante y con carácter) Tendrán que aprender a subsistir, y nosotros…tan sólo resistiremos hasta donde sea posible, hasta que todo esto llegue a su fin, porque todo esto en algún momento tendrá que terminar.

-Celina: ¡Filip!, ¡Puedes hablar con el Sr. Karl! recuerda que tiene un buen puesto y además lleva muchos años en los ferrocarriles, él podría ayudarnos a trasladar a los chicos.

-Filip: ¡Es cierto!, aguardaremos a que venga uno de los mensajeros para planear la salida de los chicos, y por favor, no les digan nada a ellos, ya bastante tienen con estar aislados de todo y vivir día a día con el miedo de no saber qué es lo que está pasando y qué es lo que pasará.

- Todos estuvieron de acuerdo y asentaron con la cabeza.


Durante gran parte de la tarde, Irena y Marek se esforzaban para olvidar un poco todo lo que sucedía (aunque era inevitable platicar de ello) pero de igual modo, conversaban acerca del mundo y no paraban de hacer lo que mejor sabían hacer: compartir sus talentos.


-Marek: ¿Qué tienes Irena?, Recuerda que mi padre dijo que aquí estamos casi totalmente seguros.

-Irena: (Suspirando) No, no es eso, es que…tan sólo ponte a pensar, cuánta gente está muriendo o sufriendo mientras nosotros estamos aquí.

-Marek: No podemos hacer nada Irena.

-Irena: ¿Y si los pensamientos ayudaran?

-Marek: Los pensamientos ayudan, ¿No?, Una oración, es un pensamiento, y una oración siempre ayuda cuando se imagina con amor; bueno, por lo menos eso siento.

-Irena: Deberíamos escribir una oración, algo como un verso, algo corto pero bonito, y después tú haces un dibujo, ¿Qué te parece?

-Marek: ¡Hey, buena idea! veamos qué podemos hacer.


Tras largas horas frente al lago, Irena y Marek terminaron el verso. Marek dibujó un árbol lleno de pájaros, debajo de él, dos personas abrazándose, y encima del árbol, un cielo lleno de planeta. El dibujo era algo surrealista, pero mágico, el verso decía así:


“Necesito un mundo sin maldad,

Necesito al amor como camino,

Vida, tu belleza es de verdad,

Vida, camina tú conmigo.

Necesito la paz encontrar,

Necesito a la eternidad como destino,

Vida, tú me haces suspirar,

Vida, quiero estar siempre contigo”


Caminaron los días, e Irena y Marek comenzaron a platicar sobre más cosas, que lentamente, los acercaban como personas. Ellos no discutían, puesto que ya había bastantes sucesos para formar polémica, y finalmente, como era de esperarse, comenzaron a tener bellos sentimientos en común.




Capítulo V – Solución: Praga


Pasaron varios meses, hasta que Filip obtuvo lo que esperaba, el pase seguro por ferrocarril de dos personas hacia Praga. Trataron de manejar todo de buena manera con los muchachos, diciéndoles que todo iba a estar bien, que sólo querían lo mejor para ellos, que no había a que tenerle miedo... en fin, argumentos dignos de la preocupación de unos amorosos padres.


-Filip: Todo va a estar bien, tan sólo queremos que ustedes estén totalmente seguros.

-Irena: (desesperada) ¿Pero ustedes que van a hacer?

-Marek: ¿Qué haremos nosotros solos en Praga?

-Albert: No van a estar solos, van a llegar con una de las mejores amigas de la Sra. Celina, la Sra. Elodie, ya se mandó dinero suficiente para que ella sea quien procure su educación y demás necesidades mientras se arreglan las cosas.

-Irena: ¿Pero ustedes?, ¿Cómo sabremos si están bien?

-Pola: (sonriendo y con una mirada profunda y cristalina) No se preocupen niños, vamos a estar bien, si ustedes quieren que estemos seguros, entonces, vayan y vivan inteligentemente sus vidas en lo que todo esto se arregla.

-Marek: (confundido) ¿Pero…cómo y cuándo nos iremos?

-Filip: Será el martes de la semana próxima, los llevaremos a la estación para llegar allá a las 6 de la mañana, irán ocultos en el ferrocarril. Al llegar a la estación en Praga, estará aguardándolos el chofer de Elodie, traten de ser amables y no muestren miedo, sean seguros y tengan la certeza absoluta de que todo marchará bien.

-Irina y Marek: (suspiran y aceptan con la cabeza).


Los muchachos, quedaron sin palabra alguna y se fueron a dormir. Al siguiente día, Irena fue a despertar a Marek para platicar un poco sobre lo que harían:


-Irena: ¡Marek!, ¡despierta!, vamos al lago…

-Marek: Hoy es sábado, son las 7 de la mañana, ¿No quieres ir mas tarde?

-Irena: No, ¡anda!, no seas flojo, despiértate y vamos.

-Marek: Está bien...está bien, deja ponerme otra ropa.


Irena y Marek se dirigieron al lago y comenzaron a platicar. Surgieron dudas, miedos, deseos... en sí, cosas normales de dos confundidos adolescentes.


-Marek: Todo esto es muy extraño, ¿No?

-Irena: ¿Qué quieres que yo te diga?, estoy igual de confundida que tú.

-Marek: Si, lo sé, pero hay algo sobre lo que he estado pensando, que también me tiene confundido y no sé si decirlo.

-Irena: ¡Vamos! Dímelo, no puede ser tan secreto.

-Marek: (mirando hacia abajo) No, no es eso… es sólo que, tú tienes que ver con lo que quiero decir, bueno, no sé si decirlo…

-Irena: ¿Cómo?, ¿He dicho algo malo y no me di cuenta?

-Marek: ¡No!, al contrario, es sólo que…tú sabes que no soy bueno con las palabras.

-Irena: Bueno si quieres piénsalo bien y luego me lo dices, y si no puedes decirlo, me lo dibujas, pero no hagas cosas abstractas por favor. (Se escuchan risas)

-Marek: (sonriendo de lado y mirando hacia un lado) Si, está bien, será luego.




Capítulo VI – Rumbo a Praga


El tiempo, transcurrió más rápido que de costumbre ante los ojos de Marek e Irena, ya era Lunes y el reloj marcaba las 9:00 de la noche. Sólo restaban unas cuantas horas para emprender el viaje que los arrancaría de sus tierras, un viaje que los llevaría lejos de sus padres, lejos de las fuentes de sus recuerdos.


Día Martes, 03:20 horas:

-Pola: ¡Irena! despierta, vamos, ya están tu padre y Filip afuera, sólo faltan tú, Celina y Marek.

-Irena: (somnolienta) Estoy muy cansada…

-Pola: No estoy con energías suficientes para discutir hija, vamos, tenemos que llegar a tiempo.

-Irena: Voy madre... voy, ¿Ya tienes mi maleta?

-Pola: Todo está en orden, vámonos ya.

-Irena: bien, pues ya vámonos.


Así, los jóvenes llegaron sanos y salvos al ferrocarril, iniciando un viaje que tal vez no era deseado, pero tenía un inevitable destino: la hermosa ciudad de Praga.


-Marek: Henos aquí, rumbo a un lugar que ni siquiera yo conozco, y eso que he viajado varias veces.

-Irena: Tu madre me estuvo diciendo que es un lugar lleno de arte, belleza... ¡tal vez el lugar perfecto para inspirarnos en lo que nos gusta hacer!

-Marek: No lo sé, tal vez eso será de ayuda, no sé...

-Irena: ¿Qué crees que pase con todo esto?

-Marek: No lo sé, siempre que le pregunté a mi padre que sucedía, empezaba quejándose de la guerra, él decía que la violencia no era solución de nada, que Hitler estaba creando un infierno, y al final...terminaba mejor cambiando el tema.

-Irena: Tal vez es para no preocuparnos.

-Marek: La otra vez escuché a mis padres hablar algo sobre lo que está pasando, y en verdad, suena como una pesadilla.

-Irena: ¿Qué dijeron?

-Marek: Que estaban llevando gente a campos, y ahí, los encerraban para que nunca volvieran a salir. Decían que el mensajero había escuchado rumores sobre matanzas y torturas hacia los judíos, y que no sabía que podría comenzar a pasar después de todo eso...

-Irena: ¡Eso es terrible!, ¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Marek: ¿Qué caso tiene?, sólo queda que nos cuidemos y que oremos con amor para que todo esto se acabe pronto.

-Irena: Pareciera interminable, si hay algo que me da miedo, y a la vez impotencia, es la guerra, es que es algo tan ilógico...

-Marek: (sonriendo con una mirada preocupada) Si lo sé, espero que nos vaya bien en Praga.

-Irena: Será mejor que en Polonia, eso tenlo por seguro.


Tras largas horas de viaje, los jóvenes habían llegado a una de las ciudades más bellas del mundo: Praga. Tal como Filip había dicho, el chofer estaba ya aguardándolos. Por fin, Marek e Irena, habían llegado sanos y salvos a una ciudad que contribuiría a la formación de sus empezados y ya olvidados sueños.




Capítulo VII – El momento esperado de Marek


-Irena: Buen día, usted debe de venir de parte de la Sra. Elodie. ¿Cuál es su nombre?

- Chofer: (Sonriendo frescamente) Mi nombre es Frank

-Marek: Mucho gusto señor Frank, somos Irena y Marek.

-Frank: Sí, ya había escuchado sus nombres, suban al auto por favor.

-Irena: Gracias señor.

-(arranca el auto)

-Frank: Ya he escuchado hablar de ustedes niños, la Sra. Celina y el Sr. Filip dicen que son dos jóvenes muy diferentes a los de su edad, ¡fuera de época! dirían en mis tiempos. (se escuchan risas)

-Irena: No sé, probablemente somos diferentes, pero no creo que eso esté mal, ¿O sí?

-Frank: Todos somos diferentes niña, pero las miradas dicen cuando alguien es especial, y ustedes lo son, sólo espero que en esta ciudad, no los cautive la belleza de las formas, recuerden que la belleza del fondo es lo que permanece.

-Marek: ¿A qué se refiere con formas?

-Frank: ¿Recuerdan el cuento de caperucita roja?, El lobo se viste de la abuela para ganar la confianza de la niña. Tal vez recuerdan también el cuento de la bella y la bestia, aquéllo que parecía algo horrible, era por dentro un ser magnífico.

-Marek: Usted quiere decirnos que las formas... pueden ser... bellas, ¿pero que tal vez en el fondo no lo son?

-Frank: Así es niño, tendrán que aprender a escuchar aquéllo que los labios callan y que las miradas no ven a simple vista.

-Irena: Suena usted como todo un poeta, bueno, lo digo porque a mí me gusta la literatura ¿Seguro que sólo es chofer?

-Frank: Un ser humano no es sólo su oficio, el oficio, sólo es para sobrevivir en lo cotidiano mi niña.

-Irena: Tiene usted razón, entonces... ¡he descubierto su fondo! ¿Es poeta verdad? ¡no puede negarlo!

(Se escuchan risas)

-Frank: Digamos que... disfruto leer poesía.

-Marek: (Sonriente) Pues permítame decirle señor, que tiene usted a una famosa escritora ante sus ojos, aunque no lo parezca...

-Irena: (Interrumpe) ¿Cómo que aunque no lo parezca?

-Marek: Bueno, me refiero a que somos muy chicos como para ser famosos. Pero como le decía Señor, ella escribe, y yo, a veces pinto o dibujo lo que imagino cuando leo los versos de Irena. Si gusta, luego podemos enseñarle lo que hacemos.

-Frank: Me parece muy bien niños. Bueno, hemos llegado a la casa de la Sra. Elodie.


La Sra. Elodie, recibió calurosamente a los muchachos, les dio un fuerte abrazo y un gran beso, y lo primero que les dijo fue: “Sean ustedes bienvenidos, este es su hogar, todo lo que necesiten, está aquí”.


Mientras hablaba la Sra. Elodie con los chicos, sonreía dulcemente, queriendo mostrar así, una profunda comprensión por la situación que estaban pasando los muchachos. Irena y Marek, agradecidos, merendaron con ella, mientras que Frank acomodaba el equipaje en sus respectivos cuartos. Al terminar la cena y sin más por decir, todos se fueron directo a sus camas, a meditar sobre los importantes cambios que implicaría este nuevo pasaje en sus vidas.


A la mañana siguiente, Elodie platicó un poco con los muchachos sobre lo que harían con sus vidas, ellos comentaron que tenían más interés en trabajar en algo que pudiera ser acorde a sus talentos, que en seguir estudiando. Irina y Marek le sugirieron a la Sra. Elodie que podían platicar y estudiar con ella por las mañanas, y que por las tardes, los dos podían irse a trabajar. Elodie, sin titubeos, aceptó aquella propuesta, y ayudó a Irena y Marek a buscar un lugar donde pudieran ellos ocuparse y seguir desarrollando sus aptitudes artísticas.


Después de unos cuantos días, Elodie encontró a la persona perfecta para los muchachos, ellos trabajarían juntos como asistentes del músico y pintor Tissot (muy conocido en varias partes de Europa), estarían con él la gran parte de la tarde en el Centro de Arte y cultura de Praga. Al recibir esta noticia, los muchachos iluminaron su rostro con una gran sonrisa y se dieron un abrazo; no podían creer que estarían trabajando con un artista profesional.


Ese mismo día, Irena y Marek fueron al castillo de Praga, a pesar de sentirse más tranquilos, el aire de la guerra seguía siendo percibido por sus almas, y no por ello, dejaban de darse cuenta de la gravedad de las cosas.


-Marek: Bueno, pues aquí estamos, dos almas de 17 años en medio de un lugar bello y desconocido.

-Irena: (riéndose) Recuerdo que alguna vez me dijiste que no eras bueno para expresar sentimientos con tus palabras, ahora resulta que tú también eres poeta ¿No?

-Marek: (sonriendo de lado) Tal vez es el lugar el que mi inspira, tal vez es algo que sólo yo puedo ver.

-Irena: ¿Ah sí…y cómo haces eso?

-Marek: Cierro mis ojos y siento la inspiración como corre por mis venas. De hecho, creo estar inspirado ahorita. Quisiera contarte algo.

-Irena: Muy bien, sentémonos en estos escalones, te escucho.

-Marek: Bueno…la verdad es que…creo que sabes que es lo que te voy a decir.

-Irena: Soy mujer, soy intuitiva, pero prefiero no pensar más allá de lo que vas a decir.

-Marek: (sonriendo) La verdad, es que desde que tenemos 12 años, hemos vivido muchas cosas juntos, tanto buenas como malas, y eso, me ha hecho pensar muchas cosas.

-Irena: ¿Cómo cuáles?

-Marek: (apenado) Bueno, pues…es que la verdad últimamente he pensado mucho en ti, y no quiero asustarte ni confundirte, pero creo que me gustas, y creo que es mucho…

-Irena: No sé qué decirte…eres mi mejor amigo.

-Marek: Yo lo sé, yo lo sé, pero…en verdad siento que hacemos bien las cosas juntos y…

-Irena: Si, te entiendo, yo siento lo mismo

-Marek (se queda con la boca semi abierta y con cara de asombro)

-Irena: ¿Qué?, ¿Pensabas que me iba a asustar y decirte que yo no siento nada?, recuerda lo que te dije cuando te conté sobre el hada de la luz: yo jamás miento.

-Marek (sonriendo): Tú siempre tan directa, bueno, sólo quería que supieras eso…

-Irena: Ahora lo sé, pero ¿Qué es lo que quieres, sólo que lo sepa?

-Marek: ¡No!...no, bueno, es que justo ahora me cuesta trabajo lo que iba a decir.

-Irena (sonriendo): Dilo de una buena vez, ¡Estás enamorado de mí! , lo estás, si lo estás, yo lo sé.

-Marek (riendo): Si, ¡me descubriste!, aunque lo hiciste de manera muy poco romántica para ser poeta, en fin, creo que ya lo sabías desde antes porque soy muy obvio ¿Verdad?, bueno... pues en pocas palabras, quería pedirte que seas mi novia Irena…

-Irena: ¿Me atenderás las 24 horas y cuidaras de mi cuando lo necesite?

-Marek (riendo): Dije novia, no esposa.

-Irena: Estoy bromeando bobo, acepto, pero con una condición: siempre vamos a comunicarnos todo, y lo más importante: siempre vamos a ser mejores amigos.

-Marek: Perfecto, siempre has sido mi mejor amiga, bueno, además de que eres la única amiga que tengo porque eres igual de rara que yo.

(Se escuchan risas)

-Irina: Bueno, yo soy especial, tú eres el raro

-Marek: Bien, bien, sí, somos raros y especiales, y como te decía, eres mi mejor amiga, siempre lo vas a ser, la única diferencia, es que ahora eres mi novia, tengo ganas de besarte y puedo hacerlo sin miedo.


Irena y Marek cerraron sus ojos y se besaron, fue un momento en el cual sus miradas sólo percibían el lienzo de la obscuridad, en el cual, podían pintar tantas estrellas como quisieran, un momento lleno de magia, de silencio, lo único que escuchaban el uno del otro, era la música llena de luz que unía a sus almas.

Así, otro día inesperado se terminaba. Juntos y de la mano, se dirigieron hacia la casa de Elodie, que era ahora: su nuevo hogar. Durante el camino, fueron pensando en lo que había pasado, y en lo que harían mañana con el gran artista Tissot. Irina y Marek llegaron a casa a merendar y dormir, contando las horas para el nuevo y grandioso día que les aguardaba.




Capítulo VIII – El nuevo trabajo


El día tan esperado por Irena y Marek había comenzado. Después de haber desayunado y tomado algunas horas de lecciones educativas, los muchachos se dirigieron con Frank hacia el Centro de Arte y Cultura de Praga.

-Frank: Bueno muchachos, llegaron…

-Irina: Gracias señor...

-Frank: (interrumpe) ¿Señor?, Dejen de decirme señor, soy tan sólo un alma joven de edad avanzada, díganme por mi nombre.

-Marek: (riendo) Gracias Frank, ¿A qué hora regresas?

-Frank: Los veo aquí a las nueve para celebrar este día en un buen restaurante, la señora Elodie me dijo que les pidiera puntualidad, porque les tiene una grata sorpresa.

-Irena: No puedo esperar a saber qué es…

-Marek: Y yo no puedo esperar a bajarme del carro, vámonos ya Irena, este día, es nuestro día. ¡Nos vemos Frank!

-Irena: Ya voy, ya voy ¡Adiós Frank!

-Frank: ¡Suerte muchachos!


Al entrar al Centro de arte y cultura de Praga, los rostros de Irena y Marek se encontraban totalmente iluminados por el fulgor del asombro, sus miradas, eran dos infinitos espacios por donde viajaba el encanto de lo nuevo. Minuto por minuto, recorrieron pausada y silenciosamente cada rincón del centro de arte y cultura, sus bocas no evocaban ninguna palabra, todo el recorrido fue como una gran lluvia de artísticas ideas que se escribían con tinta de oro en sus almas.


Luego de un buen rato de contemplación y admiración, se presentaron en lugar de trabajo del Sr. Tissot


-Tissot: ¡Vaya!, ustedes son quienes tanto recomendó la señora Elodie, son más jóvenes de lo que pensé.

-Irena (sonríe): Si, la verdad es que a pocos de nuestra edad les debe gustar todo este ambiente, tal vez les parece aburrido, o tal vez si les gusta pero no para vivir en él.

-Tissot: No hay mejor ambiente para mí que el de la música y la pintura, dos campos perfectos para el cultivo del alma. Pero cuéntenme, ¿Por qué la demora?

-Marek: Discúlpenos señor, pero como ya le habrá contado la señora Elodie, nosotros no estábamos acostumbrados a todo esto, estuvimos aproximadamente dos años viviendo aislados en Polonia y….

-Tissot: No es necesario que me cuentes, comprendo muy bien lo que me dices. Bueno amigos, háblenme un poco de ustedes para saber cuáles serán sus tareas.

-Irena: Permítame comenzar. A mí me gusta leer poemas, me gusta escribir, aunque aún no comprendo muy bien las reglas de la poesía…

-Tissot: No te preocupes, no es algo difícil, todo es cuestión de paciencia y ganas de aprender.

-Irena: Lo sé. ¿Usted ha leído a John Pudney?, yo no lo conocía, hasta hace un año supe quien era gracias a un verso que me leyó el padre de Marek.

-Tissot: Sí, he leído su obra, él es muy humanista. De hecho, a veces cuando pinto, me inspiro en algunas poesías que considero valiosas.

-Marek: ¡No puede ser! ¡Yo hago lo mismo!

-Tissot: ¿Pintas?

-Marek: Sí, pinto, pero hago lo mismo que usted, me inspiro cuando Irena escribe algo, ella hace versos y yo pinto o dibujo lo que me viene a la mente, pero me encantaría aprender a pintar mejor, tampoco sé mucho de técnicas.

-Tissot: Todo a su tiempo muchachos, primero deben forjar su carácter, y después, tendrán la voluntad y el conocimiento que necesitan para poder ser los compositores de la bella melodía de sus sueños. Pero como te decía Irena, sí, conozco al autor de quien me hablas, de hecho aquí tengo un verso de él que me gusta mucho, toma y léelo en voz alta.

-Irena (aclara un poco su garganta):


“Vivir y dejar vivir,

No importa cómo termine,

Estos perdidos, bajo el cielo,

Yacen como amigos.


Perdonan los odios,

No importa cuánto odiaran;

Por la vida separados

Y por la muerte unidos”.



-Marek: es triste, pareciera que hablan de la guerra en esos momentos…

-Tissot: Así es, lo escribió por todo lo que está pasando, este pequeño poema todavía ni está publicado, pero yo tengo esta copia porque los artistas solemos compartir nuestras creaciones, aunque claro…hay que saber en quién confiar y en quién no…

-Irena ¿Y en quién no podemos confiar?

-Tissot: Eso lo aprenderán con el tiempo niña, tan sólo puedo decirles que la sencillez de una persona se mide por tres cosas: su manera de hablar, su sonrisa y su mirada, con el tiempo aprenderán a conocer a la gente.

-Marek: (en voz baja) Recuerda lo que dijo Albert Irena.

-Tissot: Pero bueno, basta de sermones, ¡a trabajar se ha dicho!


Habiendo tenido esta breve plática, los jóvenes se dedicaron únicamente a reorganizar el lugar de trabajo de Tissot, para así poder tener un espacio para ellos.


Llegó la noche, Frank ya los esperaba como habían acordado, los chicos entraron al vehículo y se dirigieron al restaurante “La Torre”. Tal vez el lugar no era uno de los más caros restaurantes, pero sí de los más bellos, estaba lleno de plantas, flores... en sí, era como un gran jardín rodeado de arte.


-Elodie: (alegre) ¿Cuéntenme, cómo les fue niños?

-Marek: ¡Todo es increíble! excepto que me gustaría compartirlo con mis padres…

-Irena: (interrumpe) Gracias a la ciudad… hemos escuchado todo lo que está pasando, en verdad me siento muy mal…

-Elodie: No se preocupen, yo estaré recibiendo los mensajes de sus padres y en cuanto eso pase, les daré todos los detalles que necesiten saber sobre ellos, lo prometo; pero cuéntenme, ¿Cómo les pareció el Sr. Tissot?

-Marek: Es muy agradable, muy culto, siento que es un hombre bien intencionado.

-Elodie (suspirando): Ay… El Señor Tissot…

-Irena: Perdone mi atrevimiento, pero…Suena como enamorada de él.

-Elodie: Hija mía, si te contara, pero bueno, digamos que las cosas siempre pasan por algo.

-Marek: Un momento, ¿ustedes tuvieron un romance?

-Elodie (sonriendo): Creo que así lo podemos llamar, ¿Porqué creen que lo conozco?...Bueno muchachos, eso no es algo que les vaya a mejorar sus dotes artísticas, y evidentemente, esa no es la sorpresa que tenía preparada…


La señora Elodie y los chicos, siguieron platicando sobre su día, y después de la cautivadora cena, sacó dos portafolios, un maletín para cada uno de ellos.


-Elodie: Ésta es su sorpresa.

-Irena: ¿Qué vamos a guardar aquí?

-Elodie: (sonriendo): De hecho, yo en su lugar miraría lo que ya está guardado ahí.


Abiertos los portafolios, los niños una vez más quedaban maravillados, el portafolio de Marek tenía lápices, colores, pinturas, y un manual para aprender a tocar el piano. Por otro lado, Irena, había descubierto en su portafolio dos hermosas plumas doradas, una pequeña colección de libros de poetas famosos y libros sobre cómo aprender a escribir poesía.


Transcurrieron los meses, todo marchaba bien. Irena, cada vez más pulía su don de escribir, y Marek, lograba mejores cuadros y mayor habilidad para tocar en las mañanas el piano de la señora Elodie. Ambos, desempeñaban un gran trabajo con el señor Tissot. Eran un gran equipo, cuyos dones, confluían a través del amor sobre lo que hacían.

El tiempo parecía ser el perfecto escultor de sus talentos, nada los paraba, eran ellos contra el destino.




Capítulo IX– Sigue la tensión de la Guerra


Pasaron dos años, los conflictos de la guerra se expandían sin medida. Más y más territorios eran declarados como territorio de los Nazis. Tras una espera que parecía interminable, las familias de Irena y Marek, por fin se reunieron con ellos en Praga. Dicho suceso fue un gran encuentro, fue un momento de enorme alegría, lleno de abrazos, de anécdotas, de emoción, pero también fue un momento que frenaría nuevamente los sueños de Irina y Marek, ya que las cosas nuevamente se complicaban, y tras la serie de ejecuciones, atrocidades y la disolución del Ghetto de Varsovia en 1943, era necesario elaborar un nuevo plan para evitar que las familias fueran capturadas por los nazis.


A sus 19 años, Irena y Marek, una vez más veían sus sueños truncados, todo debido a una horrible guerra que parecía no tener fin.


Al poco tiempo de su estancia, Filip logró seducir con el arte del dinero a ciertos diplomáticos, para conseguir papeles falsos y poder huir hacia Suiza, decían que ese era el lugar más seguro por el momento, comentaban que era un tanto difícil pasar, pero que una vez con los papeles en mano, podrían viajar por tierra de manera oculta y llegar sin ningún inconveniente; todo era cuestión de saber hacer bien los tratos y esperar.


-Elodie: Celina, yo no sé si Frank y yo podremos ir con ustedes como me lo pide tu esposo.

-Celina: ¿Acaso has perdido el piso?, Tienes que salir de aquí, las cosas se van a poner peor y si te quedas, probablemente no te vuelva a ver.

-Elodie: Querida amiga, tú sabes que yo no tengo mucho que perder, no tengo familia, Frank tampoco la tiene, el único que en su momento me llegó a inspirar fue Tissot y eso también ha terminado.

-Celina: ¡Pero claro que tienes que perder!, tu vida…

-Elodie: De esa me encargo yo, no te preocupes, lo tengo decidido, no vamos a ser una carga extra. Nosotros nos las arreglaremos para estar seguros aquí, incluso, le pediré a Tissot que olvide los malentendidos del pasado, y que se venga a vivir con nosotros, él es mi único amigo aquí en Praga y quiero sentirme segura con su compañía.

-Irena: En verdad, deberías de venir con nosotros.

-Marek: ¡Sí!, tú, Frank, El señor Tissot y nosotros…

-Elodie: No mi niño, aquí tengo mi vida, y me niego abandonar la tierra que me vio nacer.

-Frank: Irena, Marek…mejor ayuden a sus padres, ahorita ellos los necesitan más de lo que ustedes nos necesitan a nosotros. La verdad, es que confío en que podremos arreglárnoslas solos, si era nuestra hora, pues la encararemos con dignidad.

-Irena (llorando): Eso suena como un adiós Frank, Tú, Elodie, el señor Tissot…

-Elodie: Tienes que ser fuerte, en estos momentos, lo menos que sirve es la frustración, ten fe, estoy segura de que todo saldrá bien.

-Frank: Todo esto llegará a su fin, pero aún no es el tiempo de que esto termine, ni tampoco es el último tiempo para nosotros. No se preocupen, atiendan los planes de Filip, que gracias a él, ahorita se encuentran a salvo.

-Albert: Escuchen a Frank, tiene toda la razón, debemos hacer caso a Filip e irnos a Suiza, ellos ya tomaron su decisión de quedarse y debemos respetarla.


Pocos fueron los días para que el arreglo del nuevo viaje llegara a su conclusión, ya todo estaba pactado. Las familias abandonarían Praga para ahora transportarse a Suiza, y ahí, poder seguirse conservando sin algún peligro. No había más qué hacer.



Capítulo X – Suiza


Una vez más, las familias habían saboreado la incomodad de viajar ocultos por largas horas, pero como fue previsto, llegaron al territorio suizo sin problemas, y de nueva cuenta…necesitaban reorganizar sus vidas.


Tanto los padres de Marek como los de Irena, ya sabían sobre su relación de noviazgo, Elodie ya le había comentado a Celina sobre el hecho, pero no hubo ningún asombro, ya que ambas familias confiaban plenamente en sus hijos. Lo único que hicieron al respecto, fue, que en el largo viaje hacia Suiza, platicaron con ellos, para evitar que alguna imprevista y embarazosa situación, hiciera más difíciles las cosas.

Al estar ya establecidas las familias en Suiza, parecía todo más tranquilo. Este era un país, que ya en ciertas ocasiones y en la Primer Guerra Mundial, había sido declarado como un lugar imparcial, un lugar que no participaba en guerras, un lugar digno para ser sede de muchas organizaciones, así como de algunas oficinas centrales de organismos importantes, un ejemplo: La Cruz Roja Internacional.


-Pola: Bueno, pues al parecer estaremos ahora si muy seguros aquí

-Filip: Aquí no pasará nada, es un lugar totalmente imparcial.

-Albert: Esperemos, porque como ya vimos, la guerra ha llegado hasta donde el tiempo lo ha permitido.

-Celina: En verdad deseo que todo esto termine, la gente no debe morir por intereses de nadie.

-Irena: No sé, tan solo sé que pareciera un cuento que no termina, es como si fuera una pesadilla de la cual no logramos despertar.

-Marek: No, todo es cuestión de cómo lo veas, la verdad, debemos estar agradecidos de estar a salvo, tú misma te diste cuenta de toda la gente que está muriendo…

-Irena: No sé qué pensar, sigo triste por haber dejado Praga, estábamos tan cerca de hacer muchos sueños.

-Filip: Los sueños Irena, son deseos para el futuro, y ese futuro jamás llegará si no comprendes y trabajas en tu presente.

-Marek: La verdad, sólo ponte a pensar: ¿Qué no darían millones de personas por estar ahorita en nuestro lugar?, hay comida, hay techo, tenemos a nuestra familia, tienes que ver eso.

-Irena: Tienes razón, tengo que valorar todo eso, a lo mejor ya lo había pensado, pero no me había detenido a reflexionar en ello.

-Filip: Además, ustedes ya tienen experiencia en lo que les gusta, no les será difícil encontrar oportunidades ante tal talento.

-Irena: Cierto, no lo había visto así, pero con eso dicho…la verdad es que nosotros somos la llave de nuestras propias oportunidades, tenemos que encontrar en qué ocuparnos Marek.

-Marek: Muy bien, me gusta más esa actitud.

-Irena (sonríe): Pues comencemos entonces a buscar.


Tomó pocas semanas a Irena y Marek encontrar el lugar indicado para seguir encaminados sobre lo que tanto amaban. Irena encontró trabajo como guionista en un pequeño teatro cerca de donde vivían, pero Marek, no encontraba trabajo, aunque su desempleo fue por un lapso muy corto. Al poco tiempo del buen desempeño de Irena, ésta logró convencer al dueño del teatro para que Marek ayudara en gran parte de la escenografía, así como la musicalización de ciertas obras.

Pola, nuevamente buscó la docencia y comenzó a trabajar como maestra. Albert se inició en los negocios con Filip, ya que ambos habían estudiado ingeniería, y en Suiza, no era difícil que encontraran campo de acción, ya que todos dominaban el italiano y el francés además de su natal lengua. Celina, por su parte, administraba parte del trabajo y del dinero de Filip, aunque la mayor parte del tiempo lo destinaba a labores domésticas.


- Filip: Pues ha sido un logro mantener todo en orden, aparentemente

-Albert: Me siento dichoso, de corazón lo digo, cuando estábamos en la casa del Lago, hubo momentos en los que pensé que ya no viviríamos para volver a ver a nuestros hijos.

-Celina: Creo que diario vivimos todos ese pensamiento durante un buen tiempo.

-Pola: Pero lo más importante es que no renunciamos a nosotros mismos, gran parte de eso nos ha ayudado a estar en donde estamos ahorita.


Mes con mes, Filip mantenía contacto con Elodie. Todo marchó bien durante un largo tiempo, hasta que en 1944 los aliados desembarcaron en Francia, nuevamente comenzó a surgir el temor de que Praga pudiera ser uno de tantos blancos afectados por los conflictos armados, Pero ultimadamente, con la entrada de los aliados, ya se comenzaba a vislumbrar el fin de la Guerra.



Capítulo XI – 1945 en adelante


En febrero de 1945, un ataque anglo-norteamericano por el oeste, y soviético por el este, derribaron de manera fácil a la resistencia alemana. El 30 de Abril, las tropas soviéticas ocuparon Berlín, haciendo con esto, que Hitler, su amante y Goebbels se suicidaran (por lo que se sabe). Poco después, en Mayo de 1945, Alemania se rinde incondicionalmente ante los aliados; todas las fuerzas aún no sometidas se entregaban a los vencedores en distintos puntos del terrible teatro de la guerra.


El presidente de los Estados Unidos, Harry S. Truman, anuncia el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima, Rusia declara la guerra a Japón, y la segunda bomba atómica es lanzada sobre Nagasaki. Japón, finalmente, declara su rendición incondicional.


Terminada la guerra, terminadas los cientos de muertes diarias, poco a poco, los millones de personas que habían huido, comenzaron a regresar a sus lugares de origen.


Irena y Marek decidieron regresar a Praga. La gran amistad que se formó entre sus familias, hizo que decidieran quedarse en Suiza, además de que Filip y Albert ya habían hecho un muy buen equipo de trabajo.


-Marek: Bueno madre, creo que hay algo que Irena y yo les tenemos que decir.

-Irena: Creo que, después de tantos años es hora que planeemos una vida más a nuestro gusto.

-Filip: ¿Y qué, acaso aquí no están a gusto?

-Marek: No es eso, simplemente queremos regresar a Varsovia, especialmente, me gustaría ir a La Bohemia, Elodie nos habló tanto de ese lugar, que hemos decidido ir ahí.

-Irena: (sonriendo y viendo a Marek) De hecho, Elodie nos dijo que era mágico, que la gente de ahí ha visto hasta hadas…

-Marek: (sonríe) Sí, seguro será mágico…

-Pola: Bueno, pues ya están en edad de tomar sus decisiones, y creo que han mostrado madurez ante todo lo que ha ocurrido.

-Albert: ¿Cuándo se piensan ir?

-Irena: Dentro de 3 días. Hemos estado ahorrando y pues, queremos comenzar una vida juntos.

-Filip: Juntaremos un capital Albert y yo para darles un apoyo suficiente, algo que les permita construir la base de la pirámide de sus sueños. Ahora sí, espero que sean dos jóvenes exitosos.

-Marek: Gracias, profundamente se los agradecemos, ¿No es así Irena?

-Irena: Profundamente de verdad….

-Marek: Bien, comenzaremos a hacer nuestra maleta e iremos a comprar los boletos para el ferrocarril.


A los tres días siguientes, después de abrazos efusivos, sollozos de alegría y miradas de ensueño, Irena y Marek partieron a Praga. A su llegada, lo primero que hicieron fue pasar a saludar a Elodie, encontrándose con la enorme sorpresa de que el señor Tissot era su actual esposo.


-Elodie: (abrazando a ambos) ¡Hola mis niños!, Los extrañé tanto…

-Irena: ¡Qué gusto verlos!, ¡Qué bien que hayan podido arreglar sus diferencias!

-Elodie: Y no solo eso, ¿Verdad Señor Tissot?

-Marek (con cara de asombro mirando a ambos): ¿Cómo, se casaron?

-Tissot (sonriendo): Así es hijo, ¿Recuerdas lo que les dije alguna vez, sobre en quien poder confiar?, pues todo esto me ha hecho valorar a Elodie, no importan los problemas pasados entre las personas, si no la comunicación presente entre sus miradas.

-Irena: (con una mirada contemplativa) Qué feliz estoy por ustedes en verdad, Marek y yo también nos vamos a casar.

-Elodie (sonriendo): Era de esperarse, desde que los conocí, supe que eran tal para cual, aunque tuvieran peleas lógicas de su edad y se enojaran, pero era obvio que había algo más fuerte que los unía.

-Irena: Creo que ese algo va más allá de mi pasión por la poesía, por cierto ¿Dónde está Frank?

-Elodie: Frank ya no está con nosotros

-Marek: ¡Cómo!, ¿Murió?

-Elodie (riendo): No, no, para nada. Al poco tiempo de que arreglé todo con el señor Tissot, Albert estuvo con nosotros unos meses, hasta que sintió que ya no necesitaba estar aquí.

-Irena: ¿Le dijo a dónde fue?

-Elodie: No, no me dijo, solo comentó que cuando encontrara el lugar, él me lo haría saber...

-Tissot: (interrumpe y mira ambos) Bueno, cuéntenme, ¿Seguirán explotando su talento?

-Marek: Por supuesto, no hay que renunciar a ello, con toda mi alma quiero que podamos compartir con mucha gente todo lo que hacemos.

-Tissot: Me parece muy bien Marek, seguro tendrán éxito, cuenten siempre el uno con el otro, y todo lo demás fluirá como magia pura.


El 2 de Julio de 1947, después de haberse por fin establecido en aquél mágico lugar llamado “La Bohemia”, Irena y Marek, como símbolo de su unión, se casaron en una pequeña pero bonita iglesia que se encontraba en el centro del lugar. Ellos mandaron una carta a sus padres, diciendo que después harían una fiesta familiar, ya que preferían por el momento, que todo fuera de manera más personal y sencilla.


Ese día, después de consumar su unión, se pusieron ropa más informal para salir por la noche y así festejar su matrimonio. Irena y Marek preguntaron a algunas personas de ahí, sobre qué lugar era el más visitado, o el más especial para ir a cenar; todos coincidieron que había un restaurante que se llamaba “El cristal azul”, les platicaron que era un lugar nuevo, pero que era acogedor y muy bello. La gente hablaba sobre él con especial encanto, decían que era muy colorido y artístico, además, de vez en cuando, se recitaba poesía y esto lo hacía muy agradable.


Irena y Marek se dirigieron a aquél lugar. Pero en el transcurso, se detuvieron en un parque a descansar, ya que había sido un día agitado.


-Marek: Me siento muy feliz, el estar aquí, el tenerte de mi mano…

-Irena: Yo también, este es un lugar muy hermoso Marek, aquí es donde siento que debemos estar.

-Marek: (señalando): ¡Mira!... ¿Viste eso?

-Irena: (asombrada) ¡Es la segunda vez!, ¡Claro que la vi!, ¡Es como el hada que tanto nos impresionó de pequeños!, de hecho, creo que ese fue el suceso que marcó nuestra visón sobre la vida.

-Marek: ¡No puedo creer lo que acabamos de ver!...

-Irena: ¿No?, Pues entonces no me creíste la primera vez supongo…

-Marek: ¡Obviamente si te creí!, es sólo que... es algo…no sé como describirlo. En verdad… el mundo es algo tan pero tan profundo, lleno de cosas desconocidas, lástima que la gente se pierda en tantas cosas sin importancia.

-Irena: Sí, es lamentable, pero bueno, ¡sonríe!, acabas de ver magia pura, y además…nos hemos casado, vamos a festejar al lugar que nos dijeron. Recuerda, todo pasa por algo, y ésta hada de la luz, pasó no sólo a iluminar nuestras miradas, sino a avisarnos de algo.


Irena y Marek siguieron caminando, llegaron al restaurante y al entrar…sus almas respiraron una atmósfera que les era familiar.


-Irena: ¡Mira cuántos cuadros!

-Marek: (mirando el lugar) Es un lugar muy bello, un momento… ¿Acaso ese cuadro no es como el que le dimos a Frank?

-Irena: (caminando hacia el cuadro) ¡Este es nuestro cuadro!, ¿Por qué lo habrá vendido?

-Marek: Supongo que después de abandonar la casa de Elodie, tuvo algunos problemas económicos.

-Irena: Ay Frank…se me hace raro, parecía alguien cuya buena suerte siempre estaba de su lado, no sé, siempre lo sentí así.

-Mesero: ¿Desean tomar asiento, qué les traigo?

-Marek: Muchas gracias, déjanos leer la carta y por favor regresa en un momento.

-Mesero: Con gusto monsieur.


Irena y Marek pidieron de cenar, al poco tiempo comenzó a llegar mucha gente. El lugar estaba lleno, ya iba a comenzar la declamación de poesía.


-Presentador: Una día más, en el cual, nos es un honor que el dueño de este bello lugar, nos deleite con bellas poesías, recibámoslo con un fuerte aplauso por favor damas y caballeros.

-(se escuchan los aplausos)

-Irena (asombrada): ¡Esto no puede ser!, ¡Es Frank!

-Marek (riendo): ¡No puede ser posible!, cuántas coincidencias…

- Frank: (con una mirada cristalina, sonriente y viendo hacia la mesa de Irena y Marek) Buenas noches tengan todos ustedes, hoy... es un día especial, hoy... es uno de esos días que quisiera no olvidar, quiero decirles, que aquí presentes, están dos muchachos que admiro, y los admiro, porque conozco su historia, después de todos estos años de guerra, estas jóvenes personas, lograron mantener vivos a sus bellos sueños, encima de la devoradora adversidad. Discúlpenme un momento, tengo que platicar con ellos.

-(se oyen susurros y varias miradas se depositan en Irena y Marek, posteriormente, se escucha un aplauso...y finalmente, todos comienzan a aplaudir).

-Presentador: Bueno damas y caballeros, que continúe la música y en un momento más el señor Frank declamara la poesía.

-Irena: (llorando de alegría abraza a Frank) ¡Frank! ¡Este sí que fue un día especial!

-Frank: (con mirada perdida): Mírense muchachos, cómo pasa el tiempo…

-Marek: Lo sé Frank, lo sé. Por un momento... pensamos que ya no sabríamos nunca de ti…

-Frank: (interrumpe) Veo que ambos tienen un anillo chicos, así que por fin se han casado.

-Irena: ¡Hoy mismo!, pero fue algo personal y sin invitados.

-Frank: (mirando hacia un lado) Aún no lo puedo creer, pero bueno, lo de hoy corre por mi cuenta. Permítanme que comience a declamar, si no... mi público se va a ir, y seguir a uno por uno para regresarlos, sería muy cansado para un alma joven con mi vieja edad.

-(se escuchan risas).

-Irena: Muy bien Frank, adelante, estoy ansiosa por escuchar.

-Frank: Bueno, damas y caballeros, recitaré un verso, un poco largo, pero digno de la ocasión, este verso es anónimo, y dice así:


“¿Qué significado tiene la vida?

Llena de tantos sucesos,

Cuando el alma no se da por vencida,

Nuestros sueños, salen ilesos.


Injusticia, ambición, muerte…

Quisieran destruir nuestra pasión,

Pero sobrevive el corazón fuerte,

¡Aquél que tiene inspiración!


No hay “imposibles” en el mundo,

La vida está llena de magia,

Cualquier esencia se contagia,

De este universo tan profundo.


Cualquier ser humano,

Conocerá su esplendor,

Si no toma la vida en vano,

Y respira con amor.


La vida, son sucesos enlazados,

Todo guarda relación,

Somos colores pintados,

Que juntos forman la creación.


Caminemos con valores,

Con virtudes y razón,

Seamos siempre esos colores,

Seamos siempre esa unión”.


Con este bello verso, la historia de Irena y Marek llega a su fin, fueron años de guerra, fueron años de muerte, todo fue empujado al límite, pero no todo logró abandonarse en la penumbra.


Años después, Irena y Marek, obtuvieron numerosos reconocimientos. Nunca dejaron de amarse y complementar sus talentos. La pintura de Marek y la poesía de Irena, dieron como creación a uno de los más bellos museos de La Bohemia, llamado “Polka – El hada de la luz”.


Estos nobles e inspirados jóvenes, vivieron intensamente, llenos de sencillez y amor. Los últimos años de su vida los pasaron en su hermosa casa, y fue un total misterio su desaparición, nunca se supo que fue de ellos, algunos dicen, que sólo se vio una intensa luz por la noche, un día antes de su notoria desaparición.


Meses después, su hogar fue arreglado y convertido en una pequeña galería. En el jardín, esculpieron una hermosa escultura de un hada con una placa que decía:


“Aquí, yace un poco del polvo eterno que formó parte de dos grandes almas; almas, cuyo amor generó una hermosa e inexplicable magia hasta el último momento de sus vidas. Irena y Marek, sigan su bello camino en la eternidad, sigan pintando bellos universos, componiendo melodías de amor con el viento y escribiendo su destino, el cual, es una danza de palabras de luz que nunca tendrá fin”.


"Tratar todo ser vivo como si fuera "Dios" nos conecta con la creatividad y continuidad de la vida" Nadim David - NHL